Hace poco un amigue, saliendo de ver MANADA DE LOBOS del teatro Alvear, me comentó que es un clásico que los teatros se llenen siempre de obras críticas sobre nobles al llegar un gobierno autoritario al poder. Me quedó ese detalle rondando en la cabeza, como un espiral que va y viene, tal como la historia parece moverse, como un boomerang, siempre repitiéndose desde el mismo lugar. Y es que es sabido y comentado por todes que les argentines perdemos fácil la memoria y solemos repetir viejas recetas ya vencidas y fracasadas.. Será nuestra mala alimentación que nos hace olvidar tan rápido.. el exceso de alcohol quizás? De carne? O nuestra facilidad de distracción hace que olvidemos todo rápidamente para hacer de cuenta que aquí no ha pasado nada, a otra cosa mariposa, un abrazo, un beso en el cachete y ya está.. Cuántas más obras barrocas y pasadas de moda tendremos que soportar?
Marta Dillon escribía algo sobre esto en el número 15 de la revista Ramona allá por el 2001:
Para decirlo en pocas líneas, no entiendo la memoria como una suma de monumentos y célebres y estáticas placas, y me da bastante repulsión asistir al supuesto compromiso de funcionarios que habiendo participado en la aprobación de las leyes de impunidad ahora ponen el gesto adusto y el nombre del parque. Evidentemente para ellos es cómoda una memoria quieta que recuerde a los muertos porque están muertos y nada más, borrando su historia, su militancia y las causas del genocidio.
Con Marta participé desde la primer asamblea que se realizó hace a penas dos semanas en el Parque Lezama, para dar respuesta a los bochornosos dichos de nuestro actual presidente, no hace falta nombrarlo, sobre la comunidad homosexual y las mujeres en un contexto internacional, donde básicamente nos acusa a las diversidades de pedófilas apuntándonos como a un enemigo necesario de exterminar..
Estas asambleas denominadas antifascistas, antirracistas y LGTBINQ✛ donde desde una primer reunión de alrededor de cien personas, el número fue aumentando para subir a miles que coparon las calles de Buenos Aires con réplicas en todo el país y hasta en el mundo, durante lo que fue la marcha del 1 de febrero del 2025.
No creo que la elección de ese parque haya sido azaroso, incluso casi al instante se decidió renombrarlo Parque Nestor Perlongher, por haber sido parte del FRENTE NACIONAL DE LIBERACIÓN HOMOSEXUAL, su predilección por aquel espacio y su poema titulado así, PARQUE LEZAMA. En él Perlongher, que a pesar de hablar de les marginadxs de la sociedad, tal como en sus otros ensayos y escritos, lo hace desde un lenguaje lujoso, casi Shakespeareano, se burla como un bufón, pero no de los reyes que hoy en día ya no existen, sino de los diferentes poderes ahora diseminados..
Con la recuperación de la democracia, Perlongher rechazó la fugaz primavera alfonsinista, criticó la vigencia de los edictos policiales y trató con dureza la consigna “Nunca Más” y las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Según su opinión, todo esto significaba ponerle un profiláctico a la historia. De esas críticas quedan firmes las palabras de Hule (1989), su tercer poemario:
Ahora desean que el olvido como los flecos de
una cortina
de hule, o de humo, sobre el pozo: que no se diga: ni se
pregunte: naides ha de andar rondeando
la comandancia, rumbas do blaban
como los flecos lilas de una cortina de hule sobre el lago
de un cuadro,
que el olvido
caiga desean turbios centauros de letrinas metálicos en orden
en derredor del pozo acanalado a cuyo…
(derrengar)
El parque Lezama ha sido desde siempre escenario de un abanico de numerables acontecimientos históricos de la ciudad. Se dice que allí es donde se fundó verdaderamente Buenos Aires, por allí pasaron los invasores ingleses luego de cruzar el riachuelo, pasando por la calle hoy llamada debido a esto, Defensa, para llegar hasta plaza de Mayo.
También en este parque funcionó la Compañía de Filipinas, que traficaba esclavos traídos desde África. Entre 1708 y 1790 hubo además una gran barraca usada como depósito de mercaderías. Y también funcionaron el primer horno a ladrillos y el primer molino de viento de la etapa colonial. En sus comienzos, el Parque Lezama fue para una élite, porque la zona sur era aristocrática. Luego hubo un gran cambio social. La clase alta porteña emigró hacia zona norte por la epidemia de fiebre amarilla (1871) que se cobró 14.000 muertos y sus señoriales casas se transformaron en conventillos. Vivir en ellos no era fácil ni barato. La zona se popularizó, entre otras cosas, por la llegada de inmigrantes. La fiebre amarilla fue una epidemia que sembró el terror. Sarmiento y su vicepresidente huyeron de la ciudad.
Un grupo de Peronistas robaron del museo el Sable corvo de San Martín, los redondos de ricota tocaron sin el Indio por haberlos puesto por la tarde y no por la noche, como a él le gustaba celebrar su clásica “misa”, en su lugar cantó Sky.
Por último, pero no menos importante, allí se alza un monumento a Pedro de Mendoza, se lo puede ver entrando por la esquina de Defensa y Brasil. Esta enorme piedra lo muestra al “héroe” clavando su espada en el suelo frente a una talla de un querandí rindiéndose en sumisión.. Pero la realidad cuenta una historia muy diferente, ya que hay pruebas escritas que aseguran que los querandíes no se las hicieron nada fácil y que Pedrito murió en altamar escapando, muy enfermo de sífilis, que ya había contagiado en España previamente.
30 de Enero 2025, Parque Lezama, nuevo Parque Néstor Perlongher, renombrado así en asamblea por el artista Pancho Casas.
Una marea gay, queer, latina, picante, de personas de todas las variantes y colores. Las travas más hermosas y más feas, con estilos impresionantes, punks, extravagantes.
Besos, miradas, abrazos, empujones, forcejeos, cánticos, peleas dentro de la comunidad, ayudas, abrazos, cordones humanos protegiendo a la asamblea de los troskos que todo querían arruinar; amigos, novios, ex.
Figuritas, figurones, famosos, artistas, drags, lesbianas, lesbianos, putos, bi, trans, no binaries, mariconas, vedettes, marrones, blancas chetas, privilegiadxs, todo, todo eso y mucho más son las asambleas en el parque. Pero sobre todo mucho trabajo en equipo.
Gritos, declaraciones, manifiestos, verborragia, descargo, bronca, desamor, desconsuelo. Pero todo con un objetivo en común, rememorar a la memoria.