LENIN TIENE HAMBRE EN EL IMAGINARIO CULTURAL — David Pitucardi

Victorica
5 min readAug 6, 2024

--

Fotografía: Nati Cristo

Es sábado a la noche, la gente conversa en la vereda, las manos enfriándose con latas de cerveza que compraron en el kiosco que queda enfrente del local donde sucederá el evento. El kiosco permanecerá abierto, bien iluminado, hasta mucho después del final. La gente se cruza todo el tiempo a comprar cerveza, unos pocos compran un trago en la barra del bar. Debajo nos espera el sótano donde tendrá lugar el recital. Que suceda en el inframundo es alentador, muchas cuevas de éstas fueron el lugar donde se generó el rock que le gusta a la gente.

Arriba en la esquina, entre la gente que conversa, dan vueltas 4 chicas con las cabelleras sintéticas brillantes, color rojo moño de envoltorio de regalo. Es la misma peluca que usa Rita Lee en la tapa del disco homenaje a los Beatles, me cuenta una de ellas. Genia Rita Lee, pionera del rock en Brasil, es la autora de una canción llamada “Ese tal de Roque Enrow” que sirvió de inspiración al nombre de otro grupo de 4 chicas: Viuda e Hijas de Roque Enroll, la banda de “música divertida” que fue un suceso a principio de los 80s en Argentina (Buenos Aires).

No puedo saber cómo se sentía estar en un concierto de las Viudas e Hijas, pero puedo imaginarme la alegría. La alegría que produce ver una banda de 4 amigas que se divierten juntas en el escenario es poderosa y contagiante. Ese efecto contagiante es el mismo que voy a sentir más tarde en el subsuelo del bar, cuando las 4 chicas de peluca roja comiencen a tocar los temas de su nuevísimo primer disco, “Lenin tiene hambre”.

Rita Lee

Pero aún estamos en la vereda, todavía queda birra y puchos por fumar. Las chicas ultiman detalles. Una de ellas le da indicaciones a su novio sobre cómo iluminar algunos momentos del show, si es que consigue que el sonidista del lugar le deje usar la consola de luces (no lo logrará). El show será con iluminación total (me pareció perfecto), excepto dos momentos de apagón total pautados por la banda: en la mitad y al final. Del primero se arrepintieron y pidieron que vuelvan a prender las luces porque no podían ver cómo llegar al camarín a tomar whisky.

Bajamos. Llego para el último tema de Lero Lero y lamento enterarme que me había perdido un cover de Lana del Rey. Cuando haya terminado el evento y estemos de nuevo en la vereda, voy a comentarle esto, y ella nos cantará la canción entera a capella. Pero ahora acaba de terminar su show y suben las Lenin al escenario, la gente que quedaba arriba tomando birra del kiosco baja y termina de llenar el espacio.

El público es variado, es una banda inclusiva, pienso. Veo mucha gente del mundo de las artes visuales, ambiente donde las chicas se mueven y tienen muchxs amigxs. Es bueno tocar y que te vengan a ver tus amigxs. Es bueno para la gente del arte tener una banda divertida para ver.

Comienza el concierto, el primer tema, donde cantan: “Rito social, vicio privado:, mate, cocaína, porro y tabaco” genera euforia en la gente, que corea desde el comienzo. Me sorprende que se escuchen tan claras las voces. No me esperaba esto en un concierto de punk, donde, siempre que fui, escuché la batería y la guitarra más fuerte que la voz. Pero en el cuarto tercer tema las chicas intercambian instrumentos, algo se modifica en los volúmenes. El sonido “empeora” y el recital se pone mejor, toda la gente salta con la canción del Marroc y alguien desde abajo salpica con su botella de agua, tira unas gotas casi como una perfo de descontrol totalmente inofensiva. Una sátira del descontrol.

El sonidista se acerca a pedir que no hagan desmanes. Una persona no oye esta amenaza o la oye y no le importa, porque al siguiente tema salpica a las chicas en el escenario. Una pregunta qué tiran y al enterarse de que es cerveza pide que le pasen el vaso. El intercambio es la constante evidente y está también presente en las letras que se escuchan a lo largo de este rito social que llamamos concierto. Como en “Un pucho”, un verdadero himno, cuyo mantra es: “Yo te voy a dar porque vos siempre tenés, cuando yo no tenga sé que vos me vas a dar”, tema que piden que el público detenga cuando se aburra.

También en “Tu proveedora de droga” otro alto momento cercano al final del concierto, donde acercan una mesa al frente del escenario, todo indica que van a peinar unas rayas ahí, pero en lugar de eso traen una torta a la que le ponen mucha crema y le convidan al público. La gente salta y muerde directamente el pastel. Una performance que no se sabe dónde empieza ni termina.

En un momento pasa algo, al menos para mí, inesperado. Un momento donde lo que hay entre ellas, sea lo que sea, pasa a otro nivel. A lo largo del show la química sobre el escenario es evidente, cada una tiene su personalidad y su momento de brillar. Pero en el final de “Oda” sucede una fusión. Es un momento instrumental que dura sólo unos minutos, pero alcanza para que la música se haga presente y desaparezcan las personalidades. Quizás acaban de invocar a Lenin, su Patricio Rey.

No entiendo el nombre de la banda. ¿Es a favor del comunismo o en contra? Me pregunto cuándo van a cantar alguna canción con contenido político que me aclare la situación. El momento no tarda en llegar: “Sarlo se coge a Cristina, Cristina a Sarlo también. Las dos te miran de arriba y vos te quedás sin coger”. El mensaje es claro.

Lo que no me queda claro es si es una banda punk o una parodia de una banda punk. Poco me importa, el efecto alegría es total arriba y abajo del escenario. La gente está contenta y energizada, la música es vibración que mueve el aire y cuando esa vibración hace mover también los cuerpos, ¿qué más vas a pedir?

“Lenin no cenó” de Magui Testoni

Para mí punk es el arte que genera identificación total con el artista, no es alguien que lo hace mejor, podría ser cualquiera de la sala. Pero les toca a estas cuatro chicas comandar la energía del grupo, y nos llevan así, bien arriba hasta el segundo apagón, el del final, y entonces abandonamos la sala a oscuras. FIN DEL CONCIERTO.

Cuando ya salió toda la gente vuelvo a bajar y presencio una escena: dos hombres se pelean en el escenario, mientras las chicas desarman sus instrumentos y una de ellas trapea el piso del palco que había quedado manchado con crema.

--

--

No responses yet