LENIN TIENE HAMBRE: SACADEZ Y ATREVIMIENTO — Teté García Bravo
El viernes 10 de febrero estaba dispuesta a volver a mi casa a dormir después del gimnasio y recibi por IG, pasando el Tl, un flyer de las Lenin tiene hambre. Tocaban en El Emergente a las 23.30. El recital lo compartían con otra banda llamada “Aterrizajzaje pomarola”. Se juntaron el hambre y la comida. El hambre, las ganas de comer y mis ganas de ver una banda en vivo.
Lenin tiene hambre empezó a tocar hace un par de meses. Desde entonces me había dado mucha intriga porque siempre me resultaron muy estimulantes las bandas de chicas. Sobre todo las bandas punks de chicas. Ahora que las vi me hicieron acordar a otra banda punk de chicas, de los noventa, Babes in Toyland: las cantantes tienen voces muy agudas y gritan todo el tiempo. En esos gritos a veces no llegas a entender qué dicen, pero la intensidad es tanta que es increible cómo te conmocionan los alaridos. Por momentos alguna armonía vocal se cuela y el impacto del efecto es corporal sin aturdir. Todas cantan, todas gritan y esos es muy poderoso. Eso me impacto en las bandas yanquis que me gustaron siempre y en Lenin tiene hambre también.
Hay algo que me gustó especialmente del recital, una especie de invocación nostálgica y desgarradora. Cantan desgarradas. No le pegan patadas a los autos sino que es un grito con hambre.
Acá tengo conmigo la lista de temas y el primer tema dice “Novios”. Es el que que hicieron en la prueba de sonido, donde pude estar porque llegué temprano. La prueba fue tranquila y dulce. Pero después, en el recital, en un segundo se desató el grito y el volumen. En “Novios” dicen: “Hice una fiesta / vinieron mis dos novios / y tu vieja”. Son muy crípticos los temas y los titulos: “Miller”, “Marroc”, “Julio”, “Arañita”, “Guarda”, “Rito”, “Sarlo” y “Perros”. A la lista de temas la acompaña la armonía de las canciones. Así de punk es la cosa: se van aprendiendo los temas mientras los tocan.
Es una lista hecha sobre una tira alargada de cuatro cuadrados de papel, que de un lado tienen impresa la frase “Bercovich arquitectos y estafadores” y un número de telefono. Del otro están los títulos de las canciones con su respectivo cifrado americano.
En la banda se trabaja la insistencia. Hay una nostalgia de otras epocas que se convierte en otra cosa. Tienen dos covers metidos entre las canciones: “Pensé que se trataba de cieguitos” (cantando de una manera rara que cuando se reconoce aparece transformado), de Los Twist y “La Fox”, de Babasónicos.
Siempre hubo bandas de chicas, pero Lenin tiene hambre tiene de especial esa mezcla de pop, punk, sacadez y atrevimiento que nunca vi en mi generación. No puedo creer que aparezca justo ahora. No parece un momento propicio. No es un tiempo de ironia y sarcasmo. Sin embargo, Lenin tiene hambre lleva hasta las ultimas consecuencias el chiste. De tan llevado es más pesado que una pose de solemnidad. Es mas efectivo y mas destructivo que una pose de solemnidad como tantas de tantxs.
Hay algo en la banda que me hace acordar al reverso de la lista de temas. ¿Cómo se puede ser arquitecto y estafador? Hay una construccion y una burla, un no respeto a la ley. Casi una contradicción. Una pelea. Civilizacion y barbarie: Lenin tiene hambre es el hambre de Lenin, el hambre del revolucionario. Hay ahi una clave de lectura para esta banda de chicas que viven de alarido en alarido.