NOTAS E INTUICIONES EN TORNO AL CHISME — Olivia Milberg

Victorica
13 min readDec 20, 2024

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Es el under de la información y por eso nuestra historia, no autorizada, menor, es como un chisme en el sentido de que se adelanta a la información: es primicia y vanguardia, lo menos importante pasa a ser lo más importante, es potencialmente un peligro.
Fernanda Laguna y Cecilia Palmiero

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Después de examinar un poco el asunto del chisme, me di cuenta de que los chismes son afirmativos de un modo especial: no cargan con el peso de la certeza ni de la clausura, como suele ocurrir con las afirmaciones. Sobre todo no cargan con el peso de la verdad. Si el chisme es chisme, a la vez que afirmativo, es necesariamente incierto e incompleto.

Cuando chusmeamos, afirmamos para causar un efecto, para estimular la imaginación y conjeturar. Y así, convocando ese espíritu chismoso, en lo que sigue me permitiré ser afirmativa, a pesar de que lo único que tengo en firme al escribir son intuiciones.

  1. EN BOCA CERRADA NO ENTRAN MOSCAS

Dicen que para entender un fenómeno es bueno conocer su origen y cualquiera sabe que ningún chisme nace de un repollo. Diré una obviedad: para que haya chisme es necesario que exista antes una comunidad. El chismoseo es un juego para el que se necesitan por lo menos tres jugadorxs: dos que hablen sobre la intimidad de un tercero ausente. Estas son las condiciones mínimas para que pueda darse el fenómeno. Ahora bien, ¿de dónde sale el chisme, cómo se origina?

Una primera intuición: el chisme es un secreto que se filtra. Es una posible, mas no la única, evolución del secreto.

Como no quiero pensar sola, sino dentro del sentido común, para empezar a preguntarme cómo es un secreto repaso lugares comunes: Esto no sale de acá, Lo que pasa en las Vegas queda en las Vegas, Mi abuela se llevará la receta de las galletitas a la tumba; un dicho: En boca cerrada no entran moscas; un gesto: pasarse los dedos por la boca para que un cierre imaginario la deje sellada.

¿Qué hay en común en estos enunciados? ¿Qué dicen? ¿Qué insinúan?

a. Delimitan un espacio del cual el secreto no puede salir: “acá”, Las Vegas, la interioridad de una persona en el caso de la abuela y de las dos bocas cerradas.

b. El secreto se sabe, pero no se pronuncia. La voz del secreto es el silencio. Un secreto es una información estancada.

c. En algunos de estos se percibe un tono amenazante.

Por vergüenza o estrategia, se construye a su alrededor una represa; entonces la información, que ya no circula libremente, deviene secreto. El secreto vive dentro de esos límites como dentro de un huevo. Si el cascarón se rajara podría aparecer el chisme, esa es nuestra primera hipótesis.

Pero que el secreto rompa los límites que lo contienen y pase a ser público no implica necesariamente que haya chisme. Precisemos: no cualquier rotura de cascarón desemboca en chisme.

Ulises Carrión se ocupó de diferenciar chisme, escándalo, rumor y calumnia. Representó así las diferencias:

En los términos en los que estoy planteando la cuestión, podríamos decir que si el cascarón del huevo se rajara habría chisme; si el huevo estallara habría escándalo y si el huevo fuera arrojado sobre un blanco claro –una persona o la puerta de su casa, por ejemplo–, calumnia. Si esa persona fuera un enemigo público, en lugar de calumnia diríamos escrache. El rumor sería el aroma que desprendería el huevo en el caso de que se pudriera: un perfume, algo que flota en el aire.

Un secreto se cuida.

Dije “por vergüenza o estrategia”. Imaginemos. Por vergüenza: Me hice caca encima. Porque el contenido del secreto va en contra de la moral: Tengo un hijo extramatrimonial. Por estrategia: Atacaremos al amanecer o Nos vamos a escapar por un túnel que cavamos con cucharas en la celda de Cáceres. Como estrategia de supervivencia: Enterré mis libros en el jardín.

Un secreto puede ser guardado por un grupo de personas, como es el caso de los secretos familiares, o por una sola persona: B nunca le dice a nadie que está enamorada de su mejor amiga. Como podemos ver, acá hay una diferencia fundamental con el chisme: del secreto participa una persona como mínimo; el chisme, como ya fue dicho, no se da con menos de tres implicadxs.

En cualquiera de estos casos, si el cascarón del secreto se rajara podría producirse el chisme.

Los secretos son importantes. Y deseados. Si el secreto fuera un personaje sería una princesa cautiva en una torre. El secreto, por definición, está siendo vigilado. Sus movimientos son controlados. Puede ser guardado por una persona o compartido por varias, pero en cualquier caso, la princesa en la torre se mueve en un espacio limitado, determinado y conocido por sus guardianes.

Esto se ve mucho en las películas: un detective privado persigue a uno de los personajes, llamémosle X, que está, supongamos, con su amante. El detective le saca fotos y se las entrega a Y, que es quien lo contrató. Después Y le envía una copia de las fotos a X y le dice que haga lo que le pide o le enviará las fotos a su esposa; o a sus hijos; o a la prensa, en caso de que X sea famoso. X responde que hará lo que Y le pida con tal de que su secreto quede a salvo y, en efecto, lo hace, y seguramente es una cosa terrible la que hace, pero la hace de todos modos porque ese el costo que tiene que pagar con tal de que la valiosa información no circule.

Este es un caso de un secreto que se guarda entre dos personas que se desprecian. Y me lleva a pensar en un aspecto más del secreto: el contenido del secreto es importante, siempre. No digo objetivamente importante, lo cual sería imposible de determinar, sino importante para alguna de las personas que lo guarda. O bien es muy importante para lx protagonista del secreto o para su guardián. Por eso, un secreto puede ser usado para extorsionar.

Y lo tiene a X agarrado de los huevos.

En este punto en el que concluimos que un secreto es siempre importante, se mete un ruido disonante en mi hipótesis. Habría que afinar los términos en los que estamos pensando la relación entre chisme y secreto. Porque un chisme, está claro, no siempre es importante. Una podría, sin problemas, chusmear una pavada y el chisme seguiría siendo chisme. Volveré sobre la cuestión del contenido del chisme en general y la pavada en particular, pero ahora tratemos de aclarar un poco la relación secreto/chisme: un secreto que se filtra, puede ser un chisme. Pero un chisme también puede ser otra cosa, puede tener su origen en otro lado.

2. GATO POR LIEBRE

Una nueva intuición: tanto el secreto como el chisme contienen información, pero la información del secreto es verdadera; la del chisme, verosímil.

Si revisamos los secretos que venimos usando a modo de ejemplo, veremos que ninguno tendría sentido si la información que contienen no fuera verdadera: B no le dice a nadie que está enamorada de su mejor amiga porque es verdad; Y puede extorsionar a X porque cuenta con información verdadera; los presos que intentarán escapar por un túnel guardan el secreto porque realmente lo intentarán.

¿Qué pasa con el chisme en este punto? Cuántas veces una amiga se relamió al hacernos un relato del tipo la vi ayer a tu prima besándose con la novia de su amiga y lo creímos, nos relamimos nosotras también y abrimos grandes los ojos al contárselo a otra amiga, que se lo contó a otra. Como abejas sobrevolando una pradera, polinizamos las orejas de la chusma con la jugosa información del beso prohibido, solo para comprobar más tarde que nuestra prima esa noche ni siquiera había salido de su casa.

Haya estado nuestra prima en donde sea que haya estado, el fenómeno del chisme sucedió a todas luces. Entonces, ¿lo importante en el chisme es su verosimilitud y no su veracidad?

Un buen chisme debe moverse en los bordes de un verosímil realista. Debe ser increíble y creíble a la vez. Si quien recibe el chisme responde “No te lo puedo creer”, el chisme se está moviendo en la zona indicada: no te lo puedo creer, pero te creo igual.

Si un chisme no tensa lo que esperamos de la realidad es demasiado débil y muere antes de proliferar.

Otra respuesta usual al chisme es la frase “La realidad supera a la ficción”. Un buen chisme nos muestra que la realidad es más vasta de lo que creíamos. Un buen chisme nos mantiene humildes.

Dejemos de lado al secreto por un momento y comparemos al chisme con otro dispositivo informativo, uno que a menudo contiene información falsa: la noticia.

La noticia comunica hechos recientes con el propósito de informar al público sobre eventos actuales o recientes, igual que el chisme.

Una diferencia: los temas.

La noticia tiene como objetivo que la audiencia o lxs lectores estén al tanto de lo que ocurre en su entorno social, político, económico o cultural; el chisme se ocupa de la vida privada de terceros y presta especial atención a las transgresiones. Algunos de los temas favoritos del chisme son la sexualidad, el dinero, la salud, el estatus. Con esto no quiero decir que un chisme no pueda tener consecuencias en la esfera pública de la política, la economía y la cultura. Pero en todo caso, la influencia en estas esferas está en potencia, no en acto.

Remontémonos al siglo XVIII, para ejemplificar esto con un caso trascendente y de paso subrayar que el chisme ha estado junto al pueblo por los siglos de los siglos. Corría el año 1785 y la señora Jeanne de la Motte, aristócrata venida a menos, se había encaprichado con un collar de doscientos cuarenta y seis diamantes que no podía pagar. El collar lo había encargado Luis XV para regalárselo a una amante, pero había muerto antes de pagarlo, así que los joyeros estaban desesperados por encontrar un nuevo cliente. La Motte, aristocráticamente encaprichada, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de lucirlo y esto fue lo que hizo: convenció a un cardenal muy chupamedias de nombre Rohan de que era amiga de María Antonieta, con quien el cardenal quería quedar bien parado, y de que comprara el collar para que ella, la señora la Motte, se lo hiciera llegar a la reina. Rohan entró como un caballo. Por lo desorbitado que era el precio de la alhaja –un millón setecientos mil libras francesas, que en su momento eran una fortuna equivalente a varios barcos de guerra o la alimentación de miles de familias por meses–, su compra empezó a comentarse en Versalles y, teléfono descompuesto mediante, se terminó corriendo la bola de que quien había adquirido la costosa alhaja había sido la mismísima María Antonieta. La información era falsa, pero verosímil, porque todo el mundo sabía que la María Antonieta despilfarraba de lo lindo. El chisme proliferó y funcionó como catalizador de la caída de la imagen pública de la reina.

Unos años más tarde, la cabeza de la reina fue alzada en alto por un verdugo en la Plaza de la Revolución, mientras la chusma vitoreaba “¡Viva la república!”.

¿Qué decía la noticia? Decía que María Antonieta había sido llevada en un carro a través de una multitud para ser decapitada en la Plaza de la Revolución.

¿Qué decía el chisme? Decía, por ejemplo, ¿Te enteraste? ¡la María Antonieta se compró un collar de dos millones de libras! ¡C’est pas possible!

Collares y besos son pavadas, pero, chusma mediante, pueden desembocar en revoluciones y cabezas rodando.

Otra diferencia entre el chisme y la noticia: los modos de circulación.

El noticiero más visto de Argentina durante el corriente 2024 fue Telefé Noticias, que sumó un promedio de 7.5 puntos de audiencia. Esto quiere decir que una noticia transmitida por Telefé Noticias llega a trescientos mil hogares al mismo tiempo.

El chisme, en cambio, se trafica de mano en mano. Y maleable como una masa, en el manoseo, se forma y se deforma. Este proceso da lugar a una característica fundamental del chisme: nunca es igual a sí mismo. Es dinámico y está en constante mutación.

No podrás bañarte dos veces en el mismo chisme.

Una breve digresión marxista: mientras la noticia, producto de los medios de comunicación, depende de complejas estructuras capitalistas que monopolizan los recursos, el chisme emerge de un modelo de producción colectiva, horizontal, comunitaria. Libre de las lógicas de acumulación del capital, el chisme desafía las jerarquías impuestas por el dominio burgués de la información.

Con esto no quiero sugerir que sea deseable que el chisme reemplace a la noticia en sus funciones. La experiencia de los últimos años, marcada por una dispersión en la producción de información hacia redes sociales y foros de internet, demostró que lo que en un principio se percibió como una oportunidad para democratizar la información resultó ser terreno fértil para que los grandes poderes económicos cooptaran esa dispersión en favor de sus propios intereses. Las granjas de trolls y la financiación de contenidos con información falsa, difundidos por cuentas también falsas, desempeñaron un papel clave en el ascenso de la ultraderecha en todo el mundo. Esto, considero, es una consecuencia de usar los mecanismos del chisme aplicados a la difusión de noticias.

Tercera diferencia: la noticia es oficial, el chisme es el under de la información.

De ahí su libertad, su autonomía. El chisme es la gemela malvada de la noticia, su reverso clandestino.

Cuando escuchamos o leemos una noticia esperamos que la información que nos brinda sea verdadera. Pero dije que iba a pensar dentro del sentido común y todos sabemos que la fidelidad a la verdad funciona así en los manuales y no tan así fuera de ellos. Es de público conocimiento que Clarín miente, y hay más de un dicho popular para referirse a la sensación que causa recibir información falsa: Me vendieron humo o gato por liebre. Estos dichos deben pronunciarse en un tono derrotista, el sujeto se siente estafado.

Aun sabiendo que no existe la objetividad, y que esto complica las cosas a la hora de comunicar hechos de la realidad, queremos que los periodistas y medios de comunicación se acerquen a ella. Pero el abanico de las noticias tergiversadas se extiende desde redacciones amarillistas, efectistas o interesadas que maquillan los hechos, hasta la producción de fakenews que, como su nombre lo indica, directamente difunden bolazos.

Pero lo importante ahora no es fijarnos si los medios de comunicación, de hecho, nos dan información verdadera o no, sino notar que en el caso de que no la den, están traicionando el pacto implícito que tienen con la audiencia.

Mientras que el pacto implícito del chisme implica tomar la información con pinzas, a sabiendas de que el chisme es no oficial, porque se abrió paso por vías alternativas, navegó los correntosos ríos del boca en boca y en esa cadena de lenguas inmorales nadie pidió permiso para hablar ni se detuvo a verificar la información. Cada una de las chusmas que participó de la cadena agregó un detalle propio, subrayó una imagen que consideró suculenta, le dejó una marca de estilo a la historia. Y todo esto está permitido y puesto sobre la mesa.

Cuando chusmeamos sabemos que la narración se ha construido colectivamente, de forma coral y anónima. Por esa misma razón es que decimos que están siempre incompletos y abiertos.

Un chisme es como un cuento popular fugaz.

3. LAS MALAS LENGUAS

El arquetipo de la chismosa es una señora de pueblo. Tiene el delantal y los ruleros puestos, los labios pintados de un rojo impúdico y los ojos achinados para no perder el foco. La señora es bicha y está sumamente al pedo. Nació en su pueblo y morirá en su pueblo. Conoce todos los movimientos porque no está sola: hay una como ella por cuadra y trabajan en equipo. No es ninguna boluda; chusmear conlleva cierta inteligencia y ella sabe hacerlo. Los chismes se cuentan en la intimidad del hogar o en voz baja. Colectivos y bares son pésimos terrenos para el chisme, peluquerías y almacenes son idóneos para canjear información con otras chusmas, pero es necesaria la discreción.

¿Qué se puede destilar del arquetipo?

El chisme…

… está feminizado

… está asociado con el ocio

… está asociado a la maldad

… está situado en una comunidad

… está asociado a la intimidad

… es impúdico

… es una práctica colaborativa

Un chisme siempre está situado. Si nosotras somos abejas y el chisme es polen, el campo florido es nuestra comunidad. Un campo florido puede ser una comunidad física, por ejemplo: los habitantes de Coronel Vallejos, o una comunidad virtual, por ejemplo: usuarios de un foro de internet.

¿A quién podría importarle que nuestra prima le haya dado un beso a la novia de su amiga? A nadie, excepto a lxs miembros de las comunidades de las que formen parte alguna de las implicadas. Esto es, ese beso no le importa a nadie, excepto a sus vecinas. A nadie, excepto a su familia. A nadie, excepto a sus compañerxs de oficina. A nadie, excepto a otras lesbianas. Pueblo chico infierno grande, lxs lesbianxs. Igual no importa porque el cielo ya lo habíamos perdido.

Pueblo chico, infierno grande y Dicen las malas lenguas son las dos expresiones más usuales asociadas al chisme. ¿Qué tienen en común? encarnan la negatividad moral y el alejamiento de lo divino.

Inmorales e infernales también fueron llamadas la brujería y el paganismo, los protestantes, los judíos, los musulmanes, los pueblos originarios de los territorios colonizados y sus cosmovisiones, lxs homosexuales, lxs transexuales, lxs adúlteros, Galileo Galilei y Giordano Bruno, todos los movimientos de emancipación de la historia, Xuxa, Madonna, Eva Perón, las manzanas, los locos, Juana de Arco, la masturbación, los anticonceptivos y el aborto, los libros prohibidos de la inquisición, los editores e impresores de los libros prohibidos de la inquisición, lxs pelirrojxs, Oscar Wilde, “Un perro andaluz”, las putas, los gatos negros, el número 666… La lista es vasta, variada y podría seguir por páginas y páginas, pero es hora de hacer nuevamente la pregunta que hace avanzar esta exploración ¿Qué tienen en común Xuxa, las manzanas y el chisme, que también tienen en común los lxs homosexuales, Eva Perón y “Un perro andaluz”?

Que son infernales e inmorales. Otra respuesta posible: que transgreden el estrecho molde que propone la moral católica, colonialista y patriarcal para existir sin ofender. Ambas respuestas dicen básicamente lo mismo, la diferencia es la perspectiva. Desde la primera se valora negativamente todos los elementos de la lista, desde la segunda no.

Prefiero alinearme con la segundo postura, no solo porque no valoro negativamente al chisme, sino también porque creo que reducirlo a dos adjetivos implica desentenderse de su complejidad. Por eso, para cerrar estas notas e intuiciones en torno al chisme, decidí anotar todos los adjetivos que le fueron atribuidos a lo largo de este ensayo, acaso sobreadjetivado, mis disculpas al lector. No solo para tener a mano algo más que “infernal” e “inmoral” la próxima vez que queramos referirnos a este rico fenómeno, sino también, con la esperanza de que puestos así, uno tras otro, iluminen la razón por la cual el chisme se ha hecho tanta mala fama.

No-autorizado, menor, peligroso, afirmativo, abierto, incierto, incompleto, comunitario, informativo, no-oficial, verosímil, sorprendente, popular, maleable, dinámico, mutante, horizontal, comunitario, clandestino, suculento, colectivo, coral, anónimo, rojo, impúdico, inteligente, íntimo, discreto, feminizado, ocioso, colaborativo, situado, florido.

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