PADECER ALGO QUE SE HIZO AFUERA DE UNO — Emilia Tessi

Victorica
5 min readAug 1, 2024

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Pintura de Tessi a partir del disco Cómo Conseguir Chicas

El tiempo vuelve a pasar
Pero no hay primavera
En anhedonia
El tiempo vuelve a llorar
Pero no hay primavera
En anhedonia

Suenan los primeros versos de la canción Anhedonia de Charly García. Anhedonia es un término médico usado en la psicología. Es una patología, un síntoma de la depresión. Las ganas o el disfrute se ausentan, las cosas que solían dar placer ya no dan nada más que nada. Siempre me resultó curioso que haya una canción de fines del 80 que utilice esta palabra, cuando parece ser un término más de nuestro tiempo. El siglo XXI es un experto de la salud mental; de los antidepresivos y los ansiolíticos, de las emociones y los sentimientos, de las categorías y los diagnósticos. Pero más curioso me pareció aún que haya sido el mismo Charly quien apadrinó la palabra anhedonia, quien la sacó del manual de medicina o psicología y la haya transformado en poesía, en un emblema o hito nacional más. Tal vez el disco que cobija esta canción no es el mejor de su carrera como solista pero ¿quién soy yo para decir esto? Al contrario, para mí Como conseguir chicas es uno de los mejores discos que tiene nuestro querido rock nacional ¿por qué? Porque tiene esta canción que nos recuerda que hasta el tipo más vivido como Charly se sintió alguna que otra vez sin ganas, anhedónico.

Y aunque las luces son suaves
Y el cine está aquí
No hay nada que hacer
De noche no pasa nada
Nada más que el tren

En una entrevista Charly desea que nunca falten las ganas. No recuerdo la entrevista ni tengo tiempo para saber cuál era. García es parte de la religión de Federico Manuel Peralta Ramos; es un gánico, hacía lo que quería de la manera que deseaba. Siempre lo dejó en claro, tirándose a la pileta del noveno piso, pidiendo dos coca colas para él y un tipo muerto en una silla de ruedas para zafar de la colimba, tocando en un sillón con las lyrics en una pantalla hasta el día de hoy. Tal vez el rock es darle lugar a las ganas de forma intuitiva y espontánea, sin importar el resto, ni el tiempo o espacio; o tal vez sí, el tiempo y el espacio importan tanto que la obediencia a las ganas se hacen posibles como inevitables.

Un ángel vuela en París
Y un chico nace casi
En anhedonia
Está tan lejos de aquí
Porque ella sólo vive
En anhedonia

¿Cómo puede ser que un tipo como Charly le dedique una canción a la falta de ganas? Parece contradictorio hacer una canción con falta de placer o disfrute. Tal vez el pecado de ser gánico es no tener ganas y que sea igual de productivo que tenerlas. Los momentos anhedónicos son igual de importantes que los momentos eufóricos, adrenalínicos, en los que el mundo no para. En anhedonia el tiempo pasa y no hay nada que hacer ¿dónde están las ganas? ¿cuál es el germen? ¿cómo alimentarlas? No sentir ganas y preguntarse por ellas son de los momentos más puros y sinceros, no es casualidad volver a Charly cada vez que haya anhedonia. Parece contradictorio también, que una canción que hable de la falta de ganas, de placer, disfrute, contagie el hacer. ¿Cómo ponerle ganas al delirio actual? ¿Cómo habitar las ganas en tiempos delirantes?

Ella hizo un pacto de sangre
A pesar de mí
No tengo que hacer, no dejes,
No tengo nada
Nada más que a mí

El arte me enseñó que no hay una manera de hacer las cosas, hay varias, un millón para ser sincera. Cada artista que se interpone en mi camino me sigue recordando esto, por más de que me guste o no su obra. Tal vez este pequeño memorándum, al igual que la canción de García, me den ganas de seguir intentando, de seguir confiando en mi caminito. La única manera de ponerle ganas a este tiempo de delirio es seguir pintando. Seguir haciendo cosas bellas, intuitivas y espontáneas, que contagien las ganas de seguir haciendo.

Sangre en la calle, calle
No hay que vivir así
Porque antes que tu madre
Mucho antes que el dolor
El amor cambia tu sangre

Así como el arte me enseñó que no hay una manera de hacer las cosas, la pintura me mostró que las posibilidades de pintar son infinitas. Es lindo sentir la infinitud en un mundo finito. Hay algo de rock en la pintura. Impulsiva, intuitiva y urgente. A la hora de pintar se decide y al mismo tiempo se fluye con la mancha y el pincel. Hay algo hermoso de la pintura que enseña que el error, el accidente, puede ser una puerta abierta. Una chorreadura, un empaste, una borradura con trementina, una manchita de color. Cuando menos se espera y se sigue intentando, es ahí cuando de a poquito aparecen faroles que iluminan para dónde seguir. Me imagino a los chicos del rock escuchando una y otra vez su pista hasta que un sonido de alrededor se impone en la cocina de su track. Que lindo el arte, hay sorpresa cuando no se pierde la constancia. Los frutos de la perseverancia.

Porque la noche es tan suave
Y el tiempo feliz
No tengo que hacer maletas
No siento nada

Pero ¿cómo no perder la constancia? ¿cómo ser perseverante cuando la gratificación no es inmediata? Para qué hacer todas estas pinturas si después terminan detrás de mi perchero. ¿Cuándo se agota la saciedad? Un Charly de 60 años desea idealismo a sus televidentes jóvenes. Ser idealista hoy en día es ser igual a un romántico boludo. Él es romántico, pero no boludo. Tal vez yo sea una romántica boluda pero no idealista. Charly se imaginaba de niño tocando con los Beatles, yo con suerte me imagino en un hogar propio pintando en una casa-taller. Pero eso es muy individual para ser un ideal, eso es un sueño de romántico boludo. Hay una falta de imaginación imperante, la cruda realidad demanda instrumentalidad. No me atrevo a decir que no siento nada, tristeza y rabia son mis aliadas, pero sí me atrevo a decir que el tiempo no se siente felíz y con ello hay una anhedonia que sucumbe.

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